sábado, 4 de febrero de 2012

Resumen de Teóricos Althusser

Althusser ha hecho un aporte a la teoría marxista, una afirmación de mucho peso, que aparece en los manifiestos sobre Feuerbach. Sostiene que en la obra de Marx hay un corte que precisamente ocurre a la altura de la Ideología Alemana. Que los textos anteriores a la Ideología Alemana son los que caben llamar textos de joven Marx. Y que los textos posteriores son los del Marx maduro.
En torno de ese corte al que Althusser le dará estatuto epistemológico, dirá que después de la Ideología Alemana el Marx maduro ahí está la ciencia, ahí está el marxismo propiamente dicho. En tanto que en el joven Marx tenemos balbuceos que son de mucho interés pero que no forman parte de la obra sistemática, rigurosa, del materialismo histórico, porque no hay todavía un tal materialismo histórico. Se procesa en la escritura de la Ideología Alemana.

Cuando Althusser habla de ciencia, habla no sólo en el sentido clásico sino en particular le interesa lo que en sus términos es la teoría del materialismo histórico y le da el estatuto de ciencia. Hay una frase en el texto que es simplificadora de la obra: “En definitiva, no es posible pensar la ciencia por fuera de la ideología”. Quiero simplemente decir que el latiguillo según el cual todo tiene que ver siempre con el contexto histórico-político-social-económico, es una afirmación fácil, seductora, que abarca una enorme porción de los fenómenos a los que podemos referirnos. Pero algunos ejemplos posibles en la historia de la ciencia, y bastaría un ejemplo para tirar abajo la universalidad del enunciado, un solo ejemplo bastaría. ¿Hay algo que podamos llamar ciencia, conocimiento? ¿Algo que sea conocimiento y no sea, como diría Pecheux, ni reconocimiento ni desconocimiento, que son por excelencia las operaciones de la ideología?.

Hay un plus. Y este plus merece una atención diferencial. Lo que dice Althusser en todo caso, es que la ciencia es un discurso sin sujeto. Y no hay sujeto por esto, porque no tiene sujeto la manera en la que reacción química inhibe la patología de la poliomielitis. Sujeto sujetado, no tiene sujeto por interpelación ideológica de ciertas operaciones del discurso, etc etc etc. No tiene sujeto de voluntad y conciencia, no tiene sujeto de esperanzas, sueños o deseos reprimidos.

Althusser  sostiene que el humanismo socialista es ideológico.  
En primer lugar, en su texto plantea la oposición entre ideología y ciencia. Si el antónimo de ciencia es ideología, nos encontramos con una definición del concepto de ideología que no consiste en una posición de conciencia de clase que distorsiona las cosas, y que en todo caso se diferencia de ciencia, ya que ciencia  supuestamente es la encargada de ponernos en contacto con la verdad de las cosas sin distorsión alguna. La ideología es tan amplia que sólo excluye a la ciencia. El resto de la vida social está incluida dentro de la ideología. La ideología es un sistema de representaciones, imágenes, palabras que constituyen los objetos del mundo en que vivimos. La ciencia aparece como el esfuerzo por acceder a la verdad del mundo. Acceso no mediado por las representaciones. Sólo es posible si existe la ciencia perfecta, podríamos tener acceso a la verdad de las cosas.
Según Ricoeur, Marx opuso al concepto de ideología, el concepto de praxis. Esta oposición ideología – praxis del marxismo temprano se traslada en Althusser a la oposición ideología – ciencia.
Sin embargo, para Althusser esta contraposición con la práctica sería muy difícil de concebir porque para él la ideología es material y se encarna en prácticas. Según Althusser en la perspectiva madura de Marx, la ideología no es tan sólo un problema de la conciencia, de la representación, sino también de la práctica. La ideología son las representaciones que emanan de una conciencia que a su vez está determinada por condiciones materiales dadas. Este era el pensamiento marxista antes. Althusser sostendrá que en rigor esto, es pre-marxista, que no es marxista. En la propia Ideología Alemana, Marx dice que las ideas dominantes de una época son siempre las de la clase dominante. ¿Qué quiere decir que sea dominante? Que la mayoría la adoptan como propia también. No significa que pueda pensarse en una vinculación más o menos directa, más o menos automática, más o menos mecánica entre ciertas condiciones de la práctica y lo que llamamos la ideología, las representaciones ideológicas. Para Althusser no se trata de unas representaciones que emanan de nuestra conciencia como si fueran una suerte de dispositivo manejable sino que nuestra constitución como sujetos es lo ideológica.

La ideología es perfectamente objetiva, pero también es subjetiva porque debe capturar nuestra subjetividad para que pueda funcionar. Ésta es una operación que se cumple en el inconsciente. La ideología es incorporada de tal modo que nosotros la vemos como resultado del ejercicio de nuestra propia libertad, cuando en verdad, es lo contrario. Esta falsificación es por excelencia una operación de la conciencia, a la que Althusser en el texto que tienen esta semana define como a ese pedacito del inconsciente al que llamamos no sé por qué consciente. La oposición ideología contra ciencia opera desde lo inconsciente.

Es una ilusión del sujeto de la ilustración hecho de razón, libertad y voluntad. La criatura humana es una criatura que donde lo que antes pensábamos como conciencia en realidad es inconciencia. En esa inconsciencia se articula, se vuelven una las formas de las condiciones materiales que la vida requiere como representaciones socialmente compartidas, se vuelven una con las posibilidades que cada uno de nosotros en esa inconsciencia nos damos y damos de hacerlas nuestras. Somos resultado concreto de la inconsciencia en donde la ideología supone la posibilidad de articular las formas y las características con las que el mundo se nos presenta, que son las propias condiciones materiales que ese proceso social requiere para continuar siendo. Esta es la manera en que el mundo se nos presenta. La ideología es la organizadora de las cosas del mundo de acuerdo a los requerimientos materiales que imponen las relaciones sociales de producción en su relación con el desarrollo de las fuerzas productivas.

La diferencia que hay entre ideología y ciencia es que la ciencia tiene en todo caso un cometido en el orden del conocimiento; la ideología tiene un cometido táctico, ayuda a vivir la vida, por lo menos organiza lo que de lo contrario sería un caos. La vida social requiere que hagamos nuestra, que hagamos propia, una serie de representaciones de las cosas, definición de significaciones, que no son nuestras. La ideología dominante según Marx casi literalmente tenía por cometido legitimar la desigualdad. Esta posibilidad de volver universal lo particular es por excelencia la ideología.
La ideología dominante en cualquier orden social es la encargada de hilvanar ese relato sobre las cosas que sea capaz de naturalizar, de volver aceptable lo que en rigor es resultado histórico de una determinada lucha, y lo que sería realmente inaceptable bajo todo punto de vista.

Deberíamos decir: lo ideológico hace evidente el papel crucial que esta dimensión de la vida social tiene en la producción de hegemonía o en la reproducción de la dominación en las relaciones sociales. Es una operación más amplia que tiene que ver con lo político social cultural de las relaciones cotidianas y no tan cotidianas.

Lo que nos interesa de lo ideológico, es que sea por excelencia un modo de clausurar la significación estabilizándola, naturalizándola, creando la ilusión de su transparencia, creando la ilusión de que esa representación es la única posible, si esto es por excelencia la operación de la ideología nos interesa por excelencia cuando esto tiene consecuencia para el proceso de la vida social.

Althusser es un teórico de cómo las cosas se reproducen. En vez de ser un teórico de cómo se transforman. Pierre Bourdieu que fue althusseriano (tuvo su época althusseriana y después dejó de serlo, tomó una distancia crítica con Althusser como muchos) y escribió un libro que se llamaba “La Reproducción”. Una investigación sobre el sistema escolar francés destinado a demostrar en qué manera el sistema escolar francés estaba básicamente destinado a reproducir durante siglos a la manera en que las clases dominantes lo requerían.

Hay una distinción entre la historia externa e interna de la ciencia. Por historia externa entendemos que es absolutamente imposible que Newton hubiese aparecido en otra época. Si tomamos el concepto de horizonte o régimen epistémico de Foucault, entenderíamos que hay épocas que están marcadas por tipos de preocupaciones, interrogantes, y que se necesitan esas condiciones de época para que por ejemplo un señor como Newton se ponga a ver qué pasa con las leyes de gravedad. Ahora, al mismo tiempo hay una historia interna. Foucault nos ofrece el concepto de episteme que me parece en ese sentido muy rico, muy fértil, desde el cual podemos perfectamente entender por qué Newton o Kessler además de ser astrónomos por qué fueron astrólogos, levantaron cartas astrales. Porque en el horizonte epistémico de la época no estaba bien visto. Estas son condiciones de producción. Pero después está lo que supone el avance del conocimiento, si es que acaso hay avance. O aquello que podemos llamar historia externa del desarrollo del conocimiento, donde ciertas proposiciones alcanzan a tener un tipo de contacto con lo real que resiste las modificaciones en las condiciones de producción que las hicieron posibles. Pero pensando en sus propios términos, guarda cierta autonomía del contexto. La historia interna no depende de la historia externa. La historia externa no determina la historia interna.
El materialismo histórico para Althusser, es la producción teórica que nos permite ponernos en una posición objetiva con los procesos históricos.

En rigor, en Marxismo y Humanismo, Ideología y Aparatos ideológicos y Contradicción y Sobredeterminación  Althusser se apoya en Gramsci. Él ubica el problema de la ideología en las relaciones sociales.
La manera en la que de otro modo inexplicablemente las sociedades mantienen para consigo mismas una cierta comunidad, cohesión, solidaridad entre sus términos; Gramsci utiliza el término cemento para aludir al papel que le cabe a la ideología en la vida social. Esta es la noción de la que parte Althusser.
No habría manera desde el punto de vista de las puras relaciones sociales de producción de garantizar su mantenimiento y reproducción si no es con la ayuda de un resorte que precisamente capture la subjetividad, la conciencia, la voluntad. Entonces esto me parece crucial: la ideología no es un mero reflejo de las condiciones materiales, porque tiene un papel activo que cumplir y para esto debe estar dotada de características que van más allá de un mero reflejo, debe hacer posible que el orden social exista; contribuir a que las relaciones sociales de producción se mantengan y reproduzcan.

El esfuerzo de Althusser es decir que la ideología tiene un papel activo, como ya lo dijo y usó la palabra en Marxismo y Humanismo. No es un mero reflejo, hace su parte en una tarea compleja porque la teoría clásica del Estado en la estructura jurídico política no solo existe una disposición que es a reprimir, a actuar coactivamente contra quien transgrede el orden. Si no existiese una disposición mayoritaria a seguir el orden no alcanzaría la fuerza de la coacción. Sería impensable. Las fuerzas de la coacción alcanzan porque están restringidas a los casos límites en los que algunos que otros transgreden el orden más allá de lo que el sistema general admite para su subsistencia.
Y entonces inventa esta noción de los aparatos ideológicos, jugando a una simetría simplista con que hay aparatos represivos. La ideología en este contexto radica, se despliega, en las operaciones discursivas que tienen lugar en el seno de estas instituciones de la sociedad civil.
Esas operaciones ideológicas que son discursivas van convirtiendo a los seres humanos en plenos, lo construyen sujetado a un orden.
Estas operaciones son las que Althusser llama en la segunda parte operaciones de interpelación, constituyen por excelencia el dispositivo por el cual la ideología construye sujetos. Y los construye desde el nivel de la existencia biológica porque los va socializando, humanizando, dotando de un lenguaje cargado de reglas, de la noción de lo que se puede y lo que no se puede etc

Althusser concibe a estos sujetos no como depósitos de conciencia sino como en prácticas, en ejercicios de moralidades de intervención en la vida común que de algún modo están cargados de significación, y en la mayoría de las veces de una significación que contribuye o al menos es claramente compatible con el orden general hegemónico.

El tema de la interpelación  está construyendo es una noción de sujeto radicalmente distinta a la de la filosofía clásica, asumiendo de que en este sujeto de lo que se trata es de la ilusión de ser libre, de la ilusión de ser conciente, de la ilusión de actuar por voluntad y razón, y en rigor ser una criatura que ha sido constituida para funcionar en un orden que establecido bajo ciertas reglas.

En la segunda idea, en la idea marx-althusseriana de sujeto, la llamada conciencia pierde absolutamente centralidad, relevancia y significación. Por lo tanto, la problemática de lo ideológico en el plano de la conciencia, las conciencias falsas y enajenadas y alienadas pierde significancia. No es que la ideología deje de ser distorsiva. En la reflexión sobre la ideología está perdiendo absoluta centralidad la conciencia. Lo que importa son las prácticas. La ideología se encarna en las prácticas.

Althusser está en contra de pensar que ideología es de clase porque supone que lo ideológico es constitutivo de la vida social. Si bien podrían desaparecer las clases sociales, la ideología seguiría existiendo. Es necesaria la configuración un sistema de representaciones que organice nuestro mundo. Este sistema de representaciones tendrá por característica lo vivido en la relación con las cosas. Aquí encontramos una diferencia, no se trata de representar las cosas mismas, se trata de representar nuestra relación vivida con ellas. Esta es la significación a la que da lugar la instancia de lo ideológico. Produce una representación en la que está inscripta la clave de lo que nuestra relación con ella ha significado.

Althusser retoma el psicoanálisis lacaniano para señalar que una dimensión de nuestra relación con el mundo se caracteriza por estar organizada. Los núcleos o puntos principales de las presentaciones del mundo que en general más compartimos tienden a ser bastantes funcionales a la reproducción de las relaciones sociales de producción. Esto también es ideológico. Pero no es en ningún caso un bloque cerrado, definitivo, duro.  La producción ideológica es colectiva y abierta.

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